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Introducción

Los engendros, criaturas retorcidas con el único propósito de liberar a los viejos dioses encerrados, no cesaron en su intento hasta conseguirlo. El primero en despertar fue Dumat, que tomó la forma de un dragón corrompido conocido como Archidemonio. Quien condujo a los engendros hasta la superficie acabando con un número incalculable de enanos con su paso, empezando así la ruina. Dumat, después de 90 años, llevó el mundo de Thedas tal como se conocía hasta el borde de su extinción, hasta que una orden conocida como los guardias grises aparecieron. Esta orden estaba preparada para luchar contra estas criaturas, pero aun así, después de casi 100 años de ruina, solo han conseguido contenerlos.  

La fuerza de la magocracia de Tevinter es incuestionable para todas las generaciones, hasta el momento. Prevalece el conocimiento que enseña que el poder sin control de los magos de Tevinter desencadenó el principio de una posible caída del imperio, cuando intentaron tocar el reino de los dioses con su magia. Este pecado corrompió a los magos que lo intentaron, devolviendolos a su mundo convertidos en los primeros engendros. Y del mismo modo, los antiguos dioses que vivían en el velo fueron expulsados y encerrados bajo tierra… o eso cuentan las historias.

Si retrocedemos al inicio de la historia de Thedas, ésta se documenta en textos a medias y viejas historias que sólo hacen alusión a la realidad. Los elfos y enanos hablan de un Thedas totalmente desprovisto de seres humanos, existen canciones de cuando los elfos reinaban en todo el continente y los enanos dominaban todo el subsuelo.


Cuando llegaron los seres humanos, se dice que todo cambió. Esta paz que por lo que cuentan había, dió lugar a una guerra donde los humanos casi destruyeron a los elfos a medida que se iba creando el imperio de Tevinter. Este primer imperio humano y su culto a los dioses antiguos se expandió por todo Thedas. Los elfos o bien huyeron a los confines del continente o fueron esclavizados.

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